Cuando piensas en tener tu propio negocio, desde siempre nos hemos amarrado a la idea de alquilar un local comercial, desplazarte a una oficina o gestionar empleados.
En definitiva, un negocio físico u offline.
Con el auge de los negocios online, cada vez más personas están descubriendo distintas formas de trabajar en remoto para dedicarse a crear proyecto estableciendo la sede en su propia casa.
Hoy en día la tecnología nos permite ser más flexibles respecto a cómo y dónde trabajamos. Los negocios desde casa nos brindan una amplia gama de posibilidades.
Algunos requieren que conviertas una habitación libre en un mini almacén para productos, mientras que otros pueden funcionar 100% por Internet.
La verdad es que puedes comenzar estos tipos de negocios sólo utilizando tu espacio y recursos existentes.
Un negocio en casa es una empresa gestionada a tiempo completo o como una actividad complementaria que puedes llevar adelante utilizando tu propia casa como base de operaciones.
Algunos negocios “caseros” especialmente los que venden online y no compran o mantienen grandes cantidades de inventario, pueden incluso funcionar sobre la marcha.
O lo que es lo mismo: teniendo la libertad de no tener que estar atado a tu casa.
Existen pros y contras que deberás considerar antes de tomar la decisión de si emprender un negocio desde casa es una buena idea.
Pocos gastos generales (como cargos de almacenamiento), además de las deducciones potenciales de impuestos a las que puedes optar.
La opción de vender productos o servicios local o internacionalmente.
Un equilibrio trabajo/vida flexible, que es ideal si, por ejemplo, eres ama de casa o jubilado.
Puedes crear un negocio familiar donde tu cónyuge o tus amigos puedan echarte una mano en caso de que sea necesario.
Te mostramos algunos ejemplos de negocios con los que podrías empezar hoy mismo.
1.- Comprar productos en masa y venderlos online
2.- Vender productos hechos a mano
3.- Comenzar un negocio de impresión bajo demanda
4.- Vende tus servicios o experiencia profesional
5.- Convierte tus servicios o experiencia en un producto
6.- Haz crecer un público que puedas monetizar
7.- Comprar un e-commerce ya existente
Y lo más importante: ser felices dedicándonos a lo que nos gusta