La recepción de mercancías es una de las operativas más relevantes del depósito, debido a que es la que inicia el flujo de materiales. Mal gestionada, es el punto de inicio de varios errores que después afloran en el inventario y que limitan la productividad de la instalación.
Ordenar con tino la recepción de mercancías es clave para lograr un depósito eficiente y contener los precios operacionales. Para eso, es interesante conocer las labores que abarca este proceso, su alcance y qué tácticas realizar para mejorarlas.
Tareas relacionadas a la recepción de mercancías:
La recepción de mercancías va más allá de tan solo ofrecer ingreso a las peticiones que proceden de los proveedores. Hablamos de un proceso que abarca diversas labores en relación que tenemos la posibilidad de agrupar en 4 monumentales bloques:
Planear las llegadas de mercancía es necesaria para que no se hagan cuellos de botella en los muelles del depósito. El proceso de recepción de mercancías se ve definido, en cierta forma, por una adecuada coordinación de la cadena de abasto y, primordialmente, por la administración de los aprovisionamientos o compras. Ejemplificando, este es el pilar sobre el que se asientan las operaciones de cross-docking.
Además, para apresurar la recepción de mercancías es indispensable que haya una buena administración de la información y que todos los actores implicados se encuentren al corriente de las demandas que se esperan y sus horas de llegada.
Este bloque de operaciones se refiere a la descarga de las mercancías a partir de los camiones y su movimiento hasta el sector de recepción o de consolidación, o bien de manera directa hacia su sitio en los racks.
Es correcto que los trabajadores con el propósito de recepciones cuenten con métodos para cada situación que se logre ofrecer. Así, sabrán cómo operar y los grupos de manutención que utilizar.
Al recibir las peticiones, se hace una primera verificación de los albaranes para ver si concuerdan con lo acordado con el distribuidor en porción, modelo y propiedades. Además, se comprueba que el embalaje está en perfecto estado.
Dependiendo del tipo de carga que se reciba, tras la anterior comprobación inicial va a ser primordial realizar, en algunas ocasiones, un control de calidad más en hondura. Ejemplificando, esto pasa de esta forma una vez que:
Se reciben materias primas en el depósito: muchas organizaciones poseen su propio control de calidad para evaluarlas.
Los productos son alimentos o con ciertos medicamentos que requieren de condiciones especiales referente a temperatura y humedad para su idónea conservación. Esta fase es sustancial para revisar que no se haya roto la cadena de gélido.
Son mercancías peligrosas: hay normativas concretas que regulan su embalaje y los métodos de carga y descarga al tratarse de productos cuya manipulación entraña peligros extra.
La época primordial para hacer dichos controles se sabe cómo cuarentena y el depósito requerirá una región reservada para dichos trámites.
Si la mercancía llega en tarimas estandarizadas, es viable automatizar el control de calidad debido a los puestos de inspección de tarimas integradas en los transportadores, como vemos en la imagen.
A lo largo de todo el proceso de recepción de mercancías, es de esencial trascendencia registrar toda la información y dejar constancia de la llegada otra vez material para el control de su trazabilidad. Ejemplificando, las convencionalmente conocidas como «hojas de recepción» aglutinan datos como número o código de pedido, albarán, resultado del control de calidad, especificación e identificación de la mercancía y porciones.
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